Carlos Urtubey es el artista de Interlingua; canta, toca la guitarra, el piano, la harmónica, el charango y además ha actuado en dos películas. Carlos trabajó en muchas compañías diferentes, hasta que un día decidió dejar todo por su gran pasión: la música. Además de ser profesor en Interlingua, actualmente estudia Musicoterapia en ASU y su objetivo es ayudar a la gente a sentirse mejor a través de la música.
Naciste en Nueva
York, de padre argentino y madre colombiana. ¿En qué idioma piensas?
En los dos, español
e inglés, porque los dos son mis lenguas
maternas. En la casa hablaba en español con mis padres pero todo lo demás era
en inglés; la televisión, la calle y el colegio. Pienso en un lenguaje o en
otro depende del pensamiento, del lugar y del momento. Los recuerdos son en
inglés o en español dependiendo del idioma en el que haya vivido la
experiencia. Por eso hay ciertos recuerdos de mi vida que están en español y
otros en inglés. Es muy curioso.
¿Te consideras
argentino, colombiano o americano?
Americano y colombiano porque viví en Estados Unidos y en Colombia en épocas importantes de mi vida, en Argentina no viví nunca. De los 9 a los 19 y de los 22 a los 28 viví en Colombia. Me identifico más como latino porque viví cosas más significativas en español, y también porque soy más pasional. Aunque los años post adolescencia en Estados Unidos, cuando volví a los 19, también fueron muy significativos; conocí gente muy interesante y aprendí muchas cosas durante ese tiempo.
¿Cuándo conociste a
Yolima?
La segunda semana de Mayo del 83, hace exactamente 31 años, en Ibagué, Colombia. Fui a visitar a mi hermana y Yolima era amiga de ella en aquella época. Nos juntábamos los tres y cantábamos, nos llevábamos bien, pero fue después, cuando ella regresó a Bogotá cuando se destapó todo...¡y desde entonces hasta ahora juntos!
¿Siempre has sido
profesor?
Cuando vivía en
Colombia daba clases de inglés y también trabajé vendiendo
enciclopedias Salvat. En Estados Unidos estuve en compañías
diferentes: vendiendo seguros de salud, en un banco y en una compañía de
teléfonos, entre otros. También trabajé en McDonald’s, donde llegué a ser
gerente menor y ese fue el motivo por el que nos vinimos a Phoenix en el 93.
Pero lo dejé, porque no me gustaba, se volvió muy pesado. Después estuve
en el banco y en la compañía de teléfonos. Pero nada me apasionaba lo
suficiente. Y lo dejé para ponerme estudiar Musicoterapia en ASU, porque
lo que me gustaría es usar la música para ayudar a la gente a sentirse mejor.
Aparte de estudiar también imparto clases de español en Interlingua,
principalmente a niños. Lo que más me gusta de esta escuela es la experiencia
que ofrece, porque te enseña la cultura. Uno puede aprender un idioma
pero debe hilarlo con las experiencias porque tiene más significado.
¿Te gusta más
enseñar a niños?
Sí, me fascinan,
posiblemente porque para trabajar con niños se necesita cierta energía.
Con los niños empleo mucho el lenguaje corporal, los gestos. Me considero una
persona muy enérgica y por eso tengo muy buena conexión con ellos aunque de vez
en cuando también me gusta trabajar con adultos para compensar.
¿Entonces es la
música tu pasión en la vida?
La música, el cine y
el teatro. Desde los 13 años he estado en grupos de música. Si yo pudiera
hacer 24 horas música, la haría. Mis instrumentos son la voz,
las harmónicas, la guitarra, el piano, el charango…mi objetivo es
desarrollarme como un terapista, y hacer cine y teatro, pero lo de la música y
el teatro lo llevo en los genes. Por el lado de mi padre hubo mucho
artista, el tío de mi padre fue un actor más o menos famoso en
Inglaterra en los años 50; John Justin. Se había cambiado el nombre de Juan
Justiniano. Otro hermano de mi abuela era compositor, y ella fue una pianista
famosa, tocó internacionalmente. Lo curioso es que ninguna de mis hijas lo
heredaron, aunque Natalia un poco, es muy buena actriz, muy natural y llegó a
tocar 4 instrumentos pero nunca le interesó lo suficiente para hacer de ello
una vida o una pasión; no le mata la música como a un músico, como a mí.
Háblame de tu
experiencia con el cine
Hice dos peliculas,
una es “El sueño” de Daniel Tantaleán y “Pandemic” de la BBC. Siempre
tuve una pasión por ver películas. Me conecté con una agente de talento en el
2004. Desde entonces, he tenido algo de éxito en comerciales de TV, y me
aceptaron en las dos películas mencionadas.
Lo hago principalmente porque me gusta. Y es rico que uno sea reconocido
por el trabajo que una ha hecho. Desgraciadamente, los aplausos no pagan la
comida.
¿Quiénes son tus
ídolos?
Es difícil quedarse con uno,
dependería de la época, quizá Robert de Niro como actor y Mozart como músico,
pero no sé. En cuanto a las personas que más han influido en mi vida son las
mujeres: mi mamá, Yolima y mis tres hijas. También mi tío y mi papá por la
música pero más por lo genético que por la interacción. Son las mujeres,
especialmente mi madre, las que me han aportado una forma de pensar que no es típicamente
masculina, mi madre nos crió sin roles: yo hacía ropa a mis muñecos y aprendí a
cocinar, en cambio mi hermana no. Ella me aportó una perspectiva diferente del
mundo.
Defínete en tres
palabras:
Energético, creativo
y loco; con ese grado de locura que tienen que tener todos los artistas.
¿Cómo será Carlos
dentro de 10 años?
Igual de energético,
de creativo y de loco.
¿Qué es el español
para tí?
Es una forma de
vida, define tantas ramas de artes, pensamientos, de etnias y de acentos, de un
movimiento humano muy especial.
El español en
Arizona es...
…algo que debe seguirse fomentando y
desarrollando como parte de la cultura de esta parte del país.
por Lidia Fernández Walter
No hay comentarios:
Publicar un comentario