Gisela es una de las profesoras
más jóvenes de Interlingua; es alegre, dinámica y tiene una fuerte
personalidad. Nació en Sinaloa (México) y solía venir a Phoenix todos los
veranos para visitar a su familia hasta que en el 2008, el amor hizo que se
quedara para siempre. Aunque echa de menos su ciudad natal, en su casa conviven las dos culturas,
lo que le permite sentirse más cerca de su tierra. Gisela es el perfecto
ejemplo de que nada ni nadie puede detener a una persona cuando se propone
conseguir un sueño. Hoy nos cuenta su historia.
¿Quién es Gisela?
Soy profesora de Interlingua, esposa, hija y madre
de una niña, un niño y una tercera que viene en camino (Gisela está
embarazada). Soy inmigrante, crecí en Chihuahuita, un pueblo de Sinaloa,
México. Mis padres me educaron igual que a mis dos hermanos, sin ninguna
distinción y siempre he hecho lo mismo que hacían ellos; mi padre me enseñó a
manejar su bote de pesca por mera
diversión, salía al campo con él y con mis hermanos…mis padres nos
dejaron ser libres y hacer lo que nos gustaba. En cuanto a mi carácter me
considero bastante terca, siempre hago lo que me propongo. Cuando estaba
terminando mi carrera de Relaciones Comerciales Internacionales en la
Universidad Autónoma de Sinaloa tuve una enfermedad grave de la sangre que
afortunadamente fue diagnosticada a tiempo, pero mis padres me recomendaron que
dejase de estudiar. Yo no quise, les dije que si dejaba de estudiar me iba a
deprimir, que era lo peor que podia hacer y discutí con ellos por seguir
estudiando. Pasé mucho tiempo en la cama y dedicaba mi tiempo y esfuerzo a estudiar y a leer. Yo sabía que me iba a
mejorar y cuando lo hice, me gradué con Matrícula Honorífica y entonces les
dije a mis padres: “ahí está”. (Se ríe)
¿Es docente por vocación o por
casualidad?
Cuando era pequeña corregía los exámenes de una
prima mía que aún es profesora y
directora pero mi primer contacto con la enseñanza fue a los 14 años. Yo había estudiado Informática
en un Centro de Estudios Técnicos y cuando entré en la Highschool fui profesora
auxiliar en la clase de Computación; yo no tomaba la clase sino que ayudaba a
la profesora y ahí es donde empezó a gustarme la docencia. Mi segundo contacto
con la enseñanza fue con mi padre, él no tuvo la oportunidad de terminar la
Primaria porque se puso a trabajar desde los 9 años y yo le ayudé para que terminara
hasta la Secundaria y además le enseñé Computación; ahora maneja todos los
programas informáticos, incluso las redes sociales y mi madre también. Mis
padres siempre nos ha inculcado la importancia de la educación y él pagó por
mis estudios por eso en cuanto pude quise devolverle el favor. Como anécdota
tengo que contar que cuando vine a Phoenix un verano a visitar a mi familia
atracaron la casa de mi tía cuando yo estaba adentro. Se llevaron cosas pero a
mí, afortunadamente, no me pasó nada. Cuando el detective vino para hacerme
preguntas sobre el robo, la comunicación era muy mala y me dijo “debería
aprender español”. Esa frase me hizo un clic en la cabeza y cuando vi
por casualidad un anuncio de Interlingua donde buscaban profesores me
acordé de lo importante que es enseñar español aquí, porqué puede salvar vidas.
Fue una casualidad terminar trabajando en esta escuela pero la enseñanza
siempre ha sido mi pasión.
¿Cuál es el mayor reto al que se
enfrenta una profesora de español?
Con los niños es todo un
reto cuando hay que explicarles que la clase termina porque algunos quieren
seguir jugando. Este ciclo escolar tengo una nueva escuela con niños más
pequeños en Franklin phonetic School. No lo considero reto, es una
nueva experiencia y además divertida. Con los adultos supongo que es que
pierdan el miedo a hablar, que no traduzcan, que aprendan por gusto y no por
obligación como ocurre con muchos profesionales de la Ciudad de Phoenix, que
vienen como un requisito para su trabajo pero a medida que inician las clases
se entusiasman con el lenguaje y la cultura e incluso me preguntan cosas de mi
país.
¿Cree que se puede aprender
español a cualquier edad o conviene comenzar a una edad temprana?
En la vida es todo posible si se desea. Imagínate que los doctores
me habían dicho que no iba a poder tener hijos y tengo ya casi tres! (se toca la barriga). Por mi
experiencia creo que todos podemos hacer todo lo que nos propongamos y se puede
aprender cualquier cosa a cualquier edad, solo hay que desearlo.
Lo más gratificante de enseñar
es…
La sonrisa de los estudiantes y el momento en el que
los alumnos empiezan a ver el aprendizaje como algo divertido, empiezan a
disfrutarlo y a sentirse seguros.Cuando los estudiantes
pueden mantener una conversación con la profesora acerca de cualquier tema de
la vida social, como lo que ven o escuchan en las noticias y lo hacen con entusiasmo.
¿Qué factores le han mantenido
unida a Interlingua?. Háblenos del método…
Lo que me mantiene en la escuela es que soy feliz
haciendo mi trabajo, hago lo que me gusta. Además me gusta el sistema de la
escuela, el trato de mi jefa, de los profesores y los alumnos; es excelente. Es
un ambiente muy familiar y agradable. El método es 100% efectivo porque es muy
dinámico, es fácil, invita a participar, a ser creativo y a pensar en español.
¿Qué hace Gisela fuera de las
aulas de Interlingua?
Salgo con mi esposo, juego con mis hijos, les enseño
el folklore mexicano, les leo, bailo con ellos, cocino comida mexicana, soy
pastelera, soy costurera, maquillista…
además enseño español cada vez que se me presenta la ocasión: cuando voy al
doctor, en la calle, a mis hijos y a cualquiera que me pregunte.
También hago algunos diseños con reciclaje y algunas reparaciones o cambios
en casa…hago de todo...soy el hombre de
la casa! (se ríe)
¿Como será Gisela dentro de 10
años….
En lo personal me imagino felizmente con mi
famila. En lo profesional, yo me licencié en
Relaciones Comerciales Internacionales en la Universidad Autónoma de Sinaloa
y me gustaría combinar mi trabajo como docente con el trabajo de relaciones
diplomáticas. Me gustaría renovar mi licencia
o estudiar una Maestría, porque me interesan las relaciones entre
países, las relaciones humanas y culturales y de comercio. Deseo hacer negocios
y explotar los beneficios que nos puede brindar Sinaloa; hacer comercio con
Arizona y Sinaloa para beneficiar a los agricultores de mi pueblo. Sinaloa es
un lugar desconocido para muchos, con grandes recursos y de una belleza
increíble.